Teatro de lo Inesperado


El Teatro Minúsculo se inicia en el 2001 en Zora Arte Bar como un ciclo de breves piezas teatrales en el cual participaban grupos de diversas estéticas y lenguajes.

Las pequeñas obras debían ser presentadas teniendo en cuenta ciertas condiciones particulares: las características físicas del espacio, el momento de la presentación, lo irrepetible y el público.
Las afinidades humanas y artísticas fueron consolidando un colectivo teatral que adquiere en forma intrínseca esta dinámica de trabajo.


La motivación parte de la simplificación de los procesos de montaje de una pieza teatral tales como la búsqueda de espacio físico, la sistematización de los ensayos y las condiciones económicas necesarias para concretar el proyecto y se establece en el deseo y la inmediatez.
Esta simplificación es en sí misma una idea paradojal ya que establece un nuevo enfoque e inaugura una complejidad recurrente.

Minúsculo se refiere al detalle, a hacer visible lo invisible. Los recursos mínimos son utilizados como disparadores creativos y llevan a una exposición mayúscula.
Al suceder en un bar la proximidad el espectador es mayor y uno tiene que invadir ese ambiente donde por lo general se concurre a distenderse y la idea del teatro o del arte es difusa.

Es aquí donde el actor se convierte en el epicentro del hecho teatral. Esto reafirma el concepto del actor desamparado: el actor es con lo que tiene.
Extremar estas condiciones técnicas lleva a elaborar una especie de manifiesto o dogma interno en el cual están basadas las creaciones.
Limitar las condiciones amplía las posibilidades y la asunción de tales premisas concibe un koan que dispara los mecanismos de creación y la búsqueda de poéticas a través de la improvisación: crear desde la nada.
Esto conduce a un Teatro de la Adversidad donde prima lo inesperado y lo posible se torna insólito.

La concientización de estos aspectos hace que en el seno del grupo convivan dos estéticas diametralmente opuestas: la “under” y la “comercial”, ambas sujetas a los mismos motores creativos pero con diferentes resultados y lenguajes.

En la vida del Teatro Minúsculo se han concretado diversas vertientes: el Teatro Minúsculo de Cámara, donde se presentan estas obras de poéticas particulares y el Teatro Minúsculo Cinematográfico, breves remakes teatrales de clásicos de la cinematografía. Se han producido más de 150 piezas de estas características.

Con procesos relativamente más largos Cámara Kirlian, espectáculo sobre los mitos de Córdoba, co-producción con el grupo Culto- G y Maldita Afrodita, una sitcom teatral, que indaga en los lenguajes teatrales y televisivos.

Las propuestas convocan tipos de público disímiles que rara vez coincide. Esta afinidad se produce si el espectador se acerca y conoce en profundidad los deseos y búsquedas de la agrupación y las hace propias.

Maldita Afrodita, si bien ha permitido una mayor visibilidad del grupo, está sujeta a las mismas condiciones extremas de producción. El Teatro Minúsculo genera sus propios medios de financiamiento que le permite la concreción de producciones de diferentes características pero signadas por la búsqueda de poéticas y la mutabilidad de lo irreversible.

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